En una era de sobresaturación de información como la que vivimos actualmente, es normal que recibas contenido que no es real o que simplemente no cuenta con las bases científicas que demuestren su veracidad.
Todos queremos ver resultados a corto plazo, pero es importante que conozcas las letras chiquitas de los caminos cortos y las verdades a medias.
Mito #1: Es mejor quemar 1,000 calorías en una clase de 50 minutos.
¡Falso! Pensamos que con el ejercicio podemos lograr un déficit calórico de esa magnitud y no entendemos cómo funciona el cuerpo.
Las calorías que quema una persona por actividad física NO SON UNIVERSALES.
Hay muchos factores que van a ser responsables del número de calorías que cada persona quema: su peso, estatura y composición corporal.
Una persona de 50 kg va a quemar menos calorías que una persona de 80kg por el simple hecho de que tiene que mover menos masa.
Es importante conocer cuánto de esa masa es grasa o es músculo para poder determinar las calorías que puede llegar a quemar cada persona en determinada intensidad.
El nivel de entrenamiento también hace sus estragos. Un cuerpo más entrenado va a poder aguantar mayor intensidad sin usar tanta energía y entonces aquí viene el siguiente mito…
Mito #2: Mientras más ejercicio haga, más fit me voy a ver.
¡Falso de nuevo! La cantidad de ejercicio no tiene que ver con los resultados que vas a obtener. Es un poco más profundo.
Empezando con la alimentación, el descanso y la actividad física que no es entrenamiento. Esto es mucho más importante que una sesión de entrenamiento específica, en la cual el objetivo no debería ser quemar calorías.
Las personas que se dedican al fisicoculturismo entrenan con el objetivo de saturar y destruir fibras musculares para después construirlas, con un plan de alimentación que va de acuerdo a la fase de recomposición corporal en la que están.
Esto quiere decir que su quema calórica únicamente va a servir para poder tener datos precisos de las calorías que necesitan ingerir, para lograr subir masa muscular o bajar grasa corporal.
En el caso del común denominador vemos las cosas al revés. Comemos y después queremos ir a hacer ejercicio y quemar calorías sin importar el objetivo del entrenamiento que estamos realizando.
Importante entender también que mientras más ejercicio, más adaptado estás a la supervivencia. En pocas palabras vas a necesitar cada vez más volumen o intensidad para lograr ver progreso si ves el entrenamiento como una línea en crecimiento.
Más no es mejor. Hacer ejercicio de forma específica y adaptar nuestra ingesta calórica de acuerdo a nuestra actividad y objetivo sí lo es.
Mito #3: Si no sudo o si no me duele el cuerpo al siguiente día, no entrené bien.
¡También es falso! El sudor es una respuesta del cuerpo ante una temperatura alta. Es el sistema de enfriamiento del cuerpo.
Si entrenas en la Antártida te prometo que por más horas que entrenes en alta intensidad es posible que no sudes, a menos que traigas un abrigo de oso 😂
El dolor es una respuesta de adaptación del cuerpo.
Claro que hay fases de dolor, pero no debería de ser crónico, porque en ese momento, puede convertirse en una lesión.
Mito #4: Si no veo resultados, quiere decir que tengo que apretar más la dieta.
¡Tampoco es real! Muchas veces es todo lo contrario. Nos venden la disciplina a modo de restricción, cuando debería de ser a modo de decisiones inteligentes.
He visto miles de personas (me incluyo) que limitamos comidas en el día para poder merecer un pedazo de postre. No funciona así.
Muchas veces es más lo que debemos comer, de productos no procesados y de mayor calidad.
Con la idea de querer resultados mágicos, terminamos saboteándonos al limitar nuestra ingesta calórica hasta 1,000 o más calorías por debajo de nuestros requerimientos.
Mito #5: Si quieres empezar a bajar de peso no hagas pesas porque la grasa se pone dura, haz cardio.
¡Error catastrófico!
Veamos al ejercicio como cartas que puedes jugar en una partida de póker. No tiras todas tus cartas sin una estrategia ¿o si?
Las metodologías de entrenamiento hacen mancuerna con la alimentación mediante estrategias o planes pensados para no hacer que una persona colapse al mes de empezar un programa de entrenamiento y alimentación.
Para poder hacer absolutamente todo lo que tiene que ver con movimiento, debemos tener músculos con un buen mantenimiento.
Tener una composición corporal muscular va a hacer que nos sea más fácil movernos y usar los sistemas energéticos de forma eficiente. Por eso es que la base de cualquier ejercicio debería ser la fuerza y el cardio es solamente una herramienta para cuando se ha limitado mucho la ingesta calórica en una dieta, subir la ingesta para de esta forma aumentar el metabolismo y poder seguir en déficit calórico.
Pero si usas el cardio como base de entrenamiento, entonces vas a crear un cuerpo resistente al cardio y cada vez necesitarás más esfuerzo.
El problema es, que si no eres fuerte, te será casi imposible aumentar la intensidad.
Espero haber aclarado algunos de los mitos que rondan por ahí. La buena noticia es que en wOS encontrarás los planes de entrenamiento que necesitas así como coaches certificados que te ayudarán a escoger el programa que se adecúa a tus necesidades. ¡Recuerda descargar la aplicación wOS (iOS o Android) y comienza a entrenar!
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