¿Cómo puedo atender bien a un cliente si estoy deprimido o de mal humor? ¿Cómo puedo concentrarme en una reunión si paso más del 90% del día sentado en una silla? ¿Por qué un reto deportivo puede hacer que un vendedor se convierta en el mejor comercial de todo el equipo?
Éstas son algunas de las preguntas con las que me he topado, al momento de intercambiar con amigos del sector de recursos humanos o con directores de empresas. “¿Por qué piensas que motivar a mis empleados a hacer ejercicio me convertirá en un mejor empleador?”, me suelen decir.
Hacer ejercicio genera endorfinas, las cuales contribuyen con el buen humor de las personas. Un artículo de la Clínica Mayo explica cómo “la actividad física puede ayudarte a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas”[1], a lo que se suma la reducción de los efectos negativos del estrés ya que es una especie de meditación en movimiento.
Practicar alguna rutina o deporte no sólo es beneficioso para el organismo físico, sino que tiene un impacto vital para la moral y el ánimo de las personas. La empatía es una condición clave, todavía más si eres un líder en la organización. Si no logras despejar tu mente, gracias al ejercicio y a la meditación, difícilmente lograrás cumplir con los objetivos y tareas con los cuales te has comprometido con tu organización.
Si tienes alguna duda acerca de la empatía, basta con que leas cualquiera de las investigaciones de Brené Brown, reconocida académica y escritora estadounidense, investigadora en la Universidad de Houston. Brown considera que ser empático implica al menos cuatro capacidades: a) la habilidad de ponerse en el lugar de otro sujeto y admitir su punto de vista como válido y real; b) la no formulación de juicios de valor acerca de esa experiencia; c) la identificación de la vivencia emocional de otra persona, y d) la aceptación respetuosa y la expresión verbal de esa emoción compartiéndola con el semejante[2].
Según un artículo de la revista americana “Inc.[3]”, el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, entrena 3 veces a la semana, el cofundador de Google, Sergey Brin, se autodenomina un “adicto a la adrenalina”, el billonario inversionista de tecnología, Mark Cuban, hace al menos una hora de cardio por día y pare de contar. No es un secreto para nadie que el éxito empresarial y el ejercicio, la mayor parte del tiempo, van tomados de la mano.
Todos los que hemos trabajado en corporativos sabemos la presión a la que están sometidos los ejecutivos comerciales. Personas que deben tener alto nivel de tolerancia al rechazo, sangre fría, habilidades para resolver problemas, enfocados y claros de sus capacidades (las que poseen y las que debe adquirir). Conozco ejecutivos que se han fijado metas personales (correr 10K, competir en natación, hacer un ironman) y que combinan esas destrezas con su parte profesional de ventas. ¡Literalmente son unos cracks!
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Dinos qué piensas ;)
[1] https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/exercise-and-stress/art-20044469
[2] https://revistainnovamos.com/2018/10/31/la-empatia-un-rasgo-que-se-fomenta-o-se-oxida/
[3] https://www.inc.com/business-insider/what-12-top-tech-executives-do-to-stay-in-shape.html
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